Esta colonia comenzó en las obras de una urbanización en construcción, había cachorros y adultos que convivían entre los escombros, con puntos de comida con pienso y sobras en el vallado y cruzando carreteras en busca de alimento. Se trasladaron a un lugar cercano y protegido para que, cuando las obras terminasen, tuviesen donde estar y varias voluntarias se ofrecieron a ocuparse de su alimentación y cuidado. Hoy la colonia no tiene nada que ver, están todos esterilizados y entregado en adopción a los sociables. Están sanotes y preciosos y tienen un gran espacio para vivir en libertad y sin molestar a los vecinos.